lunes, 6 de diciembre de 2010

Soy de las que sale bailando empapada de la ducha, las que cuando tienen un día estresado lo pagan con el que no debe, de las que a veces se siente mejor estando sola, las que cantan aunque desafinen, las que lloran con las películas, o con las series, o con los libros, o cuando están cansadas. De las que se emocionan cuando bailan en las fiestas, de las que intenta decir la verdad, de las que se moja. De las que dice lo que siente. De las que ven el vaso medio lleno un buen día y medio vacío un mal día. Las que piensan que pueden cambiar el mundo durante una noche porque lo acaban de ver en una película. De las que se rinde. De las que deja todo a última hora. De las que llega bastante tarde. De las vagas. De las soñadoras. De las realistas. De las que tienen aspiraciones. De las que tienen expectativas. De las que le gusta hacer faena. De las que le gusta tenerlo todo muy organizado, y nunca tiene nada organizado. De las que abrazan depende del día. De las que cada vez se han ido volviendo menos simpática. De las que les entra la risa tonta. De las que les encanta quedarse hablando toda la noche. De las que buscan magia en las palabras, y la que la encuentra. De las que la música les transporta. De las que sus demostraciones no están a la altura de lo que sienten. De las que no come de todo. De las que intenta respetar a la persona a la que ama. De las que son bastante celosas. De las transparentes. De las que les gustan los ojos marrones, azules y verdes. Las que no han tenido suerte casi nunca en la vida. Las que prefieren una flor. Las que van por épocas. Las que dicen de ir al gimnasio, y no van. Las que les gusta el azul. Las que encuentra algo bueno en cualquier persona. De las que odia reciclar. De las que siempre deja algo en el plato. De las que considera esencial a la familia. De las que prefiere la calidad a la cantidad. De las que hace todo lo posible por conservar lo que tiene aunque se me escape de las manos.

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