miércoles, 11 de mayo de 2011

Raro. Como mínimo habría que admitir que es raro. Sentada en la cama reflexionas sobre todo lo que ha pasado hasta ahora. ¿Enamorarte de alguien así? ¿Tú? ¿Desde cuándo? Y lo más importante, ¿Por qué? Por qué sigues cayendo una y otra vez en su trampa, sabiendo que lo único que quiere es que tú sigas ahí. Y caes, y vuelves a caer, y una y otra vez sigues cayendo. Tus amigas te lo han dicho más de una vez, pero es difícil ver lo que no queremos, aunque sepamos que es así. En el principio no era así. Arisco. Poco cariñoso. Introvertido. Pero tenía algo. Sí, tenía algo. No era guapo, era precioso, pero... algo había. Y desde ese día te ha sido imposible pasar un día sin hablar con él, sin verle, sin pensar en él. Pese a haberlo intentado, no puedes. Y cuando tratas de distanciarte lo único que consigues es pasar días con él en la cabeza. Sabes que no merece la pena, que no va a cambiar, pero sigues ahí. Y eso es raro..

No hay comentarios:

Publicar un comentario